Lady Bathory le doy la bienvenida a su espacio para descargarse emocionalmente, sea lo que sea lo que le inquieta... ya sea amor odio,etc

jueves, 3 de diciembre de 2009

Bailando para tus ojos



Elizabeth tiene 37 años, esta casada y aburrida. Hace dos meses descubrió un turbio placer al final de la tarde. Una hora antes de que llegue su marido, pone su disco de Ella Fitzgerald, se viste con ropa interior bonita y baila a media luz en su balcón. No baila para exhibirse, nada de eso ella baila para los ojos del chico que en el balcón de enfrente, pasa las tardes mirando el infinito.

No sabe siquiera su nombre y el nunca ha intentado hablar con ella. Pero la mira tan fijamente, tan hermosamente, y -aunque parezca increible- tan inocentemente, que Elizabeth se pasa el día escogiendo las prendas que la vestirán, la canción que sonara y hasta los movimientos que quiere regalarle al chico del 121B.

No es un baile sensual ni un vulgar streaptease. Es una hoja al viento. Es una mujer que baila suavemente y unos ojos que la miran.

Todo empezó un día en que Elizabeth estaba a punto de entrar a la ducha. Empez6 a llover a mares y ella salio corriendo a cerrar las ventanas del balcón. Entonces lo vio. Un chico de cabello muy negro y cara muy blanca, sentado en una silla, con las ventanas abiertas, sintiendo como salpicaba la lluvia sobre su piel. Ella miro sus ojos y sintió como su cuerpo semi desnudo se convertía en el infinito de esos ojos

AI día siguiente el estuvo allí y el que le siguió y todos los días que vinieron. Y ella empezó a escuchar Ella Fitzgerald todas las tardes y a quitarse el exceso de ropa poco a poco. A la semana había empezado a bailar para sus ojos y no ha parada desde entonces.

Adrián tiene 24 años, el cabello muy negro y la cara muy blanca. Todas las tardes de su vida, su madre lo ayuda a llegar al balcón donde trata de imaginarse una ciudad que sus ojos muertos no han podido ver nunca. Se sienta en su silla y escucha. A veces deja que la lluvia lo salpique para sentirse un poco mas vivo. Desde hace mas o menos dos meses, alguien pone un disco de Ella Fitzgerald y el siente un calor -casi sexual-.en el cuerpo que no sabe explicar. Y el sigue imaginando lo que habrá mas allá del negro infinito que hay dentro de sus ojos.

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