El beso sutil de la lujuria.
Dejando su huella tanto en tu piel como en tu memoria. Inolvidable, inconfundible: es el beso sutil de la lujuria. Arrancándote la lucidez y la cordura de un mordisco, anclándose en tus recuerdos más prohibidos, tales son los colmillos del deseo. Es una noche, fue una noche, quizás sea una noche… como si la temporalidad importase, como pudiendo recordar algo que no fueran los sentidos deseando abrir.
El sangriento amanecer de lo irracional, Tentación recorriendo mi piel. Deseo cada pieza de ti, cada centímetro de tu cuerpo, Como no desearte, como no desearte. Miles de pasos de distancia, y aun así no hay límite Deseos ocultos buscando aflorar. Gracias a Dios la lujuria es un pecado, pues pecar es todo un placer; y pecado tras pecado, recuerda el pecador su pasado
DE UN AMIGO PARA MI.........*
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